Lidia Casado
Elegimos el Jardín de la Vega del Henares porque tenía todo lo que queríamos: un espacio exterior ajardinado donde poder celebrar la ceremonia y el cóctel y donde los niños (¡30!) pudieran correr y jugar sin incomodar a nadie y un espacio interior donde celebrar el banquete. Pero, además, el Jardín tiene dos saloncitos más pequeños que fueron la puntilla para decidirnos por ese espacio porque nos facilitaban un plan B en caso de que hiciera mal tiempo y, además, nos permitían añadir actividades que teníamos en mente, como un espacio para el Candy bar y la mesa de recuerdos y otro para niños, donde celebramos un cuentacuentos. Desde luego, el sitio es precioso y funcional pero, además, cuenta con un añadido, para nosotros, fundamental: la calidad del trato humano. Marta ha sido paciente y amable en todo momento, nos ha puesto las cosas muy fáciles y nos ha ayudado siempre. En definitiva, una experiencia excepcional.